
Cuando viajes hacia el Sur y empieces a pensar que el paisaje estaba lo suficientemente seco, arribas a Ica. Esta ciudad, conocida como el “milagro agrícola en el desierto” de Perú. Produce una cosecha abundante de espárragos, algodón y frutas, además de reclamar ser el mejor productor de vino. Ica, al igual que Pisco, sufrió importantes daños causados por un terremoto en 2007: la elegante catedral y otras dos iglesias sufrieron daños significativos y están sufriendo largas reparaciones.
Ica cuenta con dunas de singulares características y un desierto grabado con figuras enigmáticas, las Líneas de Nasca. Estas fueron transformadas en campos fértiles por culturas antiguas: Las Paracas y la Nasca. Es una tierra de valles, sol, playas y una reserva natural habitada por una exuberante variedad de flora y fauna. También es una tierra misteriosa de aldeas, hogar de buen vino y “pisco”, música afroperuana y un oasis como la Huacachina, un parche de vida en el corazón de un manto de arena.


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